Arantxa Arteaga

Bienvenidos los que entráis en mi blog, en mi perfil veréis que tengo 35 años, vivo en Alicante y soy madre de un bichillo precioso.
No recuerdo, evidentemente, cuando fue la primera vez que cogí un lápiz, pero sí recuerdo que desde que tengo uso de razón mi madre tenía que llevar siempre en el bolso, una libreta y un lápiz o un bolígrafo.
Si había una pausa (en el médico, en una cafetería, un rato en el parque, en casa de una amiga...) yo exigía papel y lápiz... y a dibujar. Muchos restaurantes con mantelería de papel descubrirían mis dibujos a la hora de arreglar la mesa. Llenaba mis pupitres de dibujos  (tuve bastantes regañinas por eso y aprendí a borrarlo todo antes de irme a casa). Mis libros y libretas siempre estaban llenos de ellos, y cuando intentaba no hacerlo por tenerlos más cuidados, pues llenaba la agenda entre los deberes del día siguiente o del examen de la próxima semana. Siempre ha sido superior a mí.
Hice Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid y... me perdí. Acabé por otros derroteros, me especialicé en diseño gráfico... ¿por qué? me dejé convencer de que era una mejor apuesta... y me gusta, pero echaba de menos el notar el papel en las manos, los pinceles, el descubrirme manchas de pintura en los dedos... todo eso tiene un encanto especial. 
El caso es que me faltaba aquello que me daba vida. Aunque seguí haciendo pequeños bocetos, ya no dibujaba de forma activa. Hacía tiempo que no cogía un pincel. Estaba enfadada conmigo misma. Y hace unos tres años empecé a hacer dibujos infantiles de línea, el ser madre me influyó y quise hacer dibujos sencillos pero entrañables y con movimiento, que pudieran llegarle a un niño, por identificarlos con sus propios dibujos. Quise plasmarlos en ropa. Y así nació Pitipeta. Los dibujos Pitipeta son todos del mismo estilo y los pinto en ropa de bebé, de niños y niñas e incluso de algún adulto. Me quedé en el paro pero me sentía liberada, volvía a estar en el mundo de las pinturas y pinceles, me devolvió el ansia del lápiz en la mano y ya nadie me podía parar. 
Hace año y medio más o menos, empecé a explorar el mundo de la repostería, otro mundo nuevo al que me adentraba con la misma excusa, mi hijo. Quería hacerle unas galletas y una tarta algo diferente para su cumpleaños. Y así surgió SweetKOKEKO. Un mundo en el que cada día es un reto diferente. Y no sólo eso sino que cultivo diferentes habilidades: modelado, escultura, pintura, dibujo, diseño, estructuras... Toda la repostería que hago lleva pintura (comestible claro está), me es inevitable usar un pincel, aunque sea dar un brochazo.
Pero me reconcome por dentro no dibujar de forma más activa, porque aunque la repostería me llena mucho, el dibujar es algo que tengo dentro y necesito. Ya lo hago sobre tartas y galletas pero quiero algo más. Ya pasé el tiempo de hacer lo políticamente correcto, o lo que me decían los demás (para ayudarme estoy segura). Ahora quiero hacer lo que yo quiero hacer. Y eso es dibujar, ilustrar.
Y así empiezo Arantxa Arteaga ILUSTRA. Y si me habéis aguantado la verborrea hasta llegar aquí, os diré, que veréis pinturas en superficies diferentes y os choque un poco claro, pero no dejan de ser ilustraciones.

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